19/09/24 | Opinión
La deslocalización no es un fenómeno nuevo, pero nos está atacando en los últimos tiempos en Aragón con dureza, ejemplos como AIRTEX o BOSAL deben hacer reflexionar a nuestros políticos, en que las reglas del juego deben ser cambiadas.
Nuestra competividad en la automoción en muchos casos viene derivada por las condiciones laborales y en especial por los salarios, ya que de los Estados de la UE “más desarrollados”, somos el que tiene los salarios más bajos. Lo que algunos creían que parecía una oportunidad respecto a Países como Francia, Italia o Alemania, se ha convertido en una debilidad para el tejido industrial aragonés, porque siempre hay alguien que tiene peores condiciones.
En la primera gran ola de las deslocalizaciones se creía que solo se podría hacer en sectores de poco valor añadido, como la industria textil, el calzado, juguetes…, pero en esta segunda ola, la deslocalizaciones han impactado en sectores de más alta tecnología, como puede ser el automóvil, la química o los equipamientos médicos y sin darnos cuenta estamos ya casi en esa tercera ola, en la está tocando a sectores que creíamos intocables porque están relacionados con el I+D+I, como son las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), ¿o alguien duda que un programador informático puede trabajar en Berlín, Zaragoza o en Nueva Delhi realizando el mismo trabajo y con la misma formación, mientras la multinacional, mantiene la patente o los derechos, pagando salarios de miseria?.
Las deslocalizaciones también tienen que ver con la política. Mientras algunos de los grandes gurús “liberales” a menudo cacarean que el mercado laboral esta sobreprotegido y debe ser liberalizado, un discurso antisindical y de doblegamiento de la clase trabajadora con el solo objetivo de “privatizar” todo lo público, y que solo favorece a las grandes multinacionales, a la vez, “ proponen medidas proteccionistas “para que no nos ataquen los de fuera”, cuando a las multinacionales que defienden y bajo el pretexto del mercado global, compran o fabrican compulsivamente en “países subdesarrollados”.
Las deslocalizaciones aumentan el poder de las grandes corporaciones frente al de los Estados y por ello desde la UE se deben tomar medidas conjuntas y aplicables en la misma, para que no sea posible competir entre “países desarrollados”, porque nos jugamos no solo nuestras empresas o el tejido industrial de nuestros territorios, sino que nos jugamos nuestra sanidad, nuestra educación, el estado del bienestar o el futuro de las próximas generaciones.
Ante este problema, los gobiernos estatales o autonómicos y sean del color que sean, se ha insaturado en la política de grandes anuncios industriales, poniendo alfombras rojas a multinacionales; empresas sin corazón, en la que en la mayoría de los casos poco les importa el territorio en el que se instalan y solo les importan sus beneficios.
En vez de cambiar la legislación y que al menos devuelvan las ayudas provenientes de los fondos públicos, o sea tan gratuito mandar a las plantillas al FOGASA (para que paguemos entre todos) nos dedicamos a fortalecer el dialogo social; creando clústeres, observatorios…, organismos de dudosa eficacia, cuando deberían involucrase de verdad, porque las deslocalizaciones son un drama en muchas familias y un ataque directo a nuestro tejido industrial.
Dejen de mirarse al ombligo o seguir revolcándose en el fango político; unos criticando al gobierno central, cuando fueron elegidos para representarnos en las Comunidades Autónomas y desde el gobierno central, criticando algunos territorios, por el mero de hecho de no gobernar en ellos.
Dejen de mirar para otro lado, mientras mantienen sus privilegios y dedíquense a lo importante, porque ayer fue AIRTEX, hoy BOSAL y mañana veremos cual es la siguiente. Mientras tanto, ustedes desde Moncloa o en el Pignatelli siguen con sus “jueguecitos de la corte”.
22/08/24 | Federaciones, Industria y Derivados
Tras que la mayoría del Comité compuesta por los sindicatos CCOO y UGT llegaran a un preacuerdo en el SAMA en el día 21 de agosto, en el expediente de Extinción de BOSAL, OSTA ha decidido no firmar el mismo, puesto que la empresa no garantiza el cobro de las indemnizaciones.
El acuerdo que consiste en una indemnización de 26 días con un máximo de 15 mensualidades ha sido ratificado por la plantilla por 70 votos a favor, que supone el 68% de los votos emitidos, frente a 26 votos que no lo han apoyado y 3 abstenciones.
El punto más importante por el cual no podemos apoyar este acuerdo es la no garantía del cobro de las indemnizaciones, porque entendemos que cualquier acuerdo de esta índole debe garantizar el cobro de las indemnizaciones y este preacuerdo no lo hace, siendo un pacto que a nuestro juicio y todas las partes implicadas en la negociación sabemos, “es papel mojado”.
Es más, la dirección de BOSAL ha manifestado una y otra vez en la negociación, que hasta donde puedan pagaran y que después voluntariamente presentaran concurso de acreedores y por lo tanto la plantilla se verá obligados a reclamar en FOGASA y por lo tanto no se percibirá las indemnizaciones acordadas.
Otro de los puntos por lo que OSTA no suscribe este preacuerdo, es porque al mismo al ser ratificado por la plantilla y firmado por la representación legal de los y las trabajadoras hace prácticamente imposible que ninguna denuncia individual se gane, puesto que, al haber acuerdo con la representación de los trabajadores, se dan por buenas las causas del expediente que es en lo que se podrían basar las futuras denuncias.
Respetando la decisión de la plantilla, el resumen es un acuerdo que no garantiza el cobro, que dificulta ganar las reclamaciones individuales, que aboca a la plantilla a ir al FOGASA igualmente, quedando la empresa como la ganadora del conflicto, en el que 131 trabajadores se van a la calle, con unas indemnizaciones que debido a la presentación del concurso de acreedores todas las partes son conocedoras que no se pagaran en los términos del acuerdo.
06/08/24 | Federaciones, Industria y Derivados
Después de más de 30 años la empresa BOSAL quiere despedir a sus 135 trabajadores y trabajadoras sin intención alguna de pagar indemnizaciones.
La empresa BOSAL INDUSTRIAL, la cual lleva prestando servicio en Aragón desde hace más de 30 años, ha decidido de manera unilateral cerrar su planta de Zaragoza dejando en la calle a más de 135 personas trabajadoras.
La empresa que se dedica a la automoción ha perdido sus contratos, por diferentes motivos algunos de ellos a nuestro juicio, con la intención de cerrar la planta y han comunicado a la representación de los y las trabajadoras despedir a la plantilla de manera unilateral sin abrir negociaciones con el comité para buscar otras vías o soluciones.
Además, manifiesta que se declara insolvente y por ello no podrá pagar las indemnizaciones de las personas trabajadoras que durante tres décadas han estado prestando servicios en la empresa.
Esto hace que las personas trabajadoras si no hay cambios en la negociación, tengan que ir al Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) y pasar una serie de trámites que no va a hacer más que dilatar su cobro, un cobro que, además, está topado y es mínimo, por lo tanto, los trabajadoras y trabajadoras de BOSAL no van a cobrar lo que les corresponde según su salario y antigüedad.
El día 7 de agosto la parte social y la empresa se han citado en el SAMA para intentar acercar posturas, lo cual parece imposible debido a la actitud de la empresa.
Ante este motivo el Comité de Empresa ha convocado una concentración el mismo día a las 11:30 en la misma puerta del SAMA en apoyo de las más de 135 personas que se quedan en la calle.
Desde OSTA no entendemos como tanto la patronal del metal, el cluster de la automoción y los sindicatos mas representativos a nivel estatal, aun creen que el dialogo social y estos organismos son eficaces para la defensa de la clase trabajadora.
Es urgente que las administraciones vigilen y penalicen a las empresas que como BOSAL destruyen empleo y no se hacen cargo de las consecuencias finales, después que desde los diferentes gobiernos se apoye a las mimas y en el especial al sector de la automoción.
Desde OSTA exigimos que BOSAL que se haga cargo de las indemnizaciones y que llegue a un acuerdo con el comité para garantizar unas salidas dignas a la plantilla.
22/07/24 | Federaciones, Industria y Derivados
Hemos mantenido la primera Reunión del Expediente de Regulación de Empleo de Extinción que pone encima de la mesa el despido de toda la plantilla de Bosal Industrial Zaragoza.
En esta primera toma de contacto, desde la comunicación recibida por el comité de empresa el pasado 19 de julio de la apertura del ERE, hemos podido constatar la poca voluntad negociadora del grupo para mantener el empleo y valorar el trabajo realizado por esta plantilla en los mas de 30 años de historia de la empresa, ya que no se han presentado ni los integrantes de la comisión negociadora por parte de la empresa, «los apoderados».
La reunión únicamente ha consistido en la entrega de la documentación y la propuesta de calendario de negociaciones por parte del departamento jurídico de la empresa, ante lo cual, tanto el comité de empresa, como las personas de los sindicatos allí presentes, nos hemos limitado en solicitar más información y preguntar a estos «representantes de la empresa» por las intenciones que tenía la misma en la negociación.
Solo hemos recibido rechazo o evasivas a las mismas, y ante ello, se ha dado por finalizado la reunión, con todas las dudas e incertidumbre por delante, pero con una visión clara de lo que esta sucediendo, el grupo ha tomado una decisión que a toda vista parece irrevocable.
No entendemos como una auxiliar de la automoción como es Bosal Industrial Zaragoza, con la historia y recorrido que tiene en el sector de la automoción en Aragón, pueda ser condenada a su extinción, por parte de un grupo empresarial, que lo único que esta buscando es maximizar sus beneficios, a costa del sufrimiento y de 131 familias, que ven como toda su vida laboral, y esfuerzos durante más de 18 años de media que tienen de antigüedad, no haya servido de nada más que para ser otro instrumento temporal del capital, como ya nos paso hace unos meses con el ERE extintivo y doloroso de Airtex.
Desde OSTA vemos con máxima preocupación, como lo que parecía ser un hecho aislado, como comentamos de Airtex, empieza a volverse una situación habitual en nuestra industria, lo que nos condena a todos los Aragoneses y Aragonesas a que, si las administraciones publicas no lo remedian, estemos perdiendo cada vez más capacidad industrial y empleo, lo que generará más paro y más pobreza en nuestro territorio.
Quedan varias semanas de negociación, pero exigimos ya al Gobierno de Aragón, que se pronuncie al respecto y haga una apuesta clara por defender el sector industrial actual, no solo a los nuevos proyectos, y que proponga o busque soluciones de futuro para esta plantilla y para una planta con unas condiciones perfectas para poder reindustrializarse.
30/11/21 | Industria y Derivados, Noticias
El comité de BOSAL INDUSTRIAL, donde OSTA tiene 1 representante de los trabajadores, ha acordado convocar huelga, en la última asamblea del pasado domingo 28 de noviembre, donde asistieron 86 personas a la asamblea, con el siguiente resultado:
Se acordó convocar huelga desde el 7 al 23 de diciembre.
Los motivos principales de esta decisión, están basados en un claro incumplimiento del pacto de empresa, acuerdos internos y el plan industrial de la empresa además de un ERTE abusivo.
Dicho ERTE, que la dirección de la empresa ha presentado, conlleva la suspensión de hasta un máximo de 247 días, lo que supone más de ocho meses de prestación, la cual a partir de los 6 meses solo se cobra el 50% de la base reguladora, lo que supone a la plantilla una pérdida de poder adquisitivo y una incertidumbre importante.
Además, la empresa quiere presentar el ERTE sin ninguna medida compensatoria, vulnerando lo pactado en el pacto de empresa firmado con la parte social en 2019.
A todo esto, hay que añadir la decisión de la empresa de deslocalizar, a la República Checa, uno de los productos que son fabricados en la planta de Zaragoza y que a nuestro entender es una sentencia de muerte para el empleo de la planta de Pedrola.
Desde OSTA apoyamos y ratificamos la decisión de la plantilla, ya que entendemos todas las medidas adoptadas por la empresa como un ataque directo a las condiciones pactadas y el empleo y futuro de la plantilla de BOSAL INDUSTRIAL.